«Compasión» en acción

Sassi OchoaInteligencia emocional Leave a Comment

Frases comunes como «Sin compasión», «No me tienes compasión», «No le tengas compasión» y otras tantas que habrás escuchado o incluso verbalizado revelan nuestro desconocimiento del significado de COMPASIÓN, y peor aún la significancia e impacto que tiene en nuestras vidas.

Hoy te traigo este artículo para compartirte una mirada que puede expandirte y llevarte a acciones compasivas contigo y con los demás de manera consciente.

Investigaciones recientes demuestran que la compasión es mucho más que una reacción amable al sufrimiento de los demás; es más, a veces ni siquiera tiene que ver con el sufrimiento ajeno, es una habilidad esencial para conectarte con otro ser humano.

Cuando escuchamos acerca de un evento trágico, a menudo nos sentimos «obligados» a responder con compasión, por ejemplo, organizando un evento de recaudación de fondos para ayudar a las víctimas de un desastre natural o sencillamente preparando la cena para un amigo que acaba de perder un ser querido. Cuando uso la palabra obligación no me refiero al sentido literal, me refiero al sentido altruista de esta palabra, el mismo sentido que le damos cuando hablamos de «nuestra obligación como padres» por ejemplo, que en realidad se convierte en la misión de un ser humano, en cuyo caso experimentamos algo sorprendentemente positivo y genuino.

«Cuando ayudamos o nos preocupamos por alguien de manera genuina, nuestros niveles de endorfinas, que están asociados con sentimientos de euforia, aumentan en el cerebro. El sentimiento cálido que obtenemos de nuestra propia compasión ayuda a liberar oxitocina también, que se asocia con la conexión con los demás e incluso reduce los niveles de inflamación en el sistema cardiovascular», según Thupten Jinpa autor del libro Fearless Heart. Cuando practicas la compasión tu ritmo cardíaco y tu respiración comienzan a disminuir, es decir, te encuentras en un estado fisiológico de calma e ideal para tomar decisiones.

A pesar de los beneficios emocionales y fisiológicos de la práctica de la compasión, no siempre somos capaces de llevarla a cabo, ¿verdad?

¿Qué tal si comenzamos con los más cercanos? Pareja, hijos, padres, hermanos, amigos…o tú mismo.

!Tranquil@ que más adelante te dejo 3 ejercicios prácticos para poner tu COMPASIÓN EN ACCIÓN!

Compasión por los seres queridos

En las últimas semanas he estado intentando comunicarle algo a mi pareja que siento que podría sumarle y hace parte de los «boundaries» que quiero establecer para ambos, y pese a mi buena intención no he tenido éxito, ¿por qué? sencillamente porque no estuve siendo compasiva y mirando el contexto del cual él viene. Una vez que pude verlo y hacerme esta pregunta: ¿Y qué tal que yo fuera él y que desconozco todo lo que se y menos he vivido todo eso que he vivido?… Ese fue un ‘aha moment’ para mí. Estuve generando presión y manifestando inconformidad sin «ponerme en sus zapatos» (frase popular que se refiere al hecho de que los zapatos ajenos nunca te calzarán igual a ti, tal como sus vivencias pasadas, presentes o futuras nunca serán las tuyas, aunque compartan el mismo espacio).

A veces tenemos la falsa creencia que porque habitamos el mismo espacio tenemos las mismas experiencias y procesamos los eventos de la misma manera, y peor aún olvidamos que antes de estar juntos ya tuvimos otra vida. Si no somos capaces de comprender eso, cómo realmente accesaremos a la compasión frente a situaciones complejas o eventos dolorosos.

Asumir el dolor de otro es desafiante, especialmente si tienes tu propio dolor. Pregúntate: ¿Cómo me gustaría ser tratad@ en este momento?

El verdadero objetivo de la compasión es estar PRESENTE Y CONECTADO con lo que sucede, sin tratar de arreglar las cosas o absorber el dolor. Entonces, y solo entonces, en vez de apresurarnos por HACER algo por alguien, nos apresuraremos por SER quien requerimos ser en ese momento para contener al ser querido, sin intentar solucionar nada.

Ejercicio 1: Reconocer la fuente

Piensa en esa conversación acalorada con tu madre… tal vez te irritó tanto porque ya estabas lidiando con otro asunto como mensajes de tu jefe fuera del horario laboral… En este escenario de estrés y ansiedad cualquier cosa podría gatillarte y reconocer cuál fue el origen de tanta tensión es importante para ser compasivo y efectivo en tus relaciones.

Para contrarrestar los factores estresantes de tu vida, crea un entorno físico que te permita conectarte mejor con las personas importantes de tu vida. Establece días y horas especiales para conectar con ellos. Si puedes dejar tus asuntos laborales en pausa por el fin de semana o por algún tiempo aún mejor, no revises tus correos o chats al despertar o acostarte, ya que podrían indisponerte con tus más cercanos.

¡Agradece por tu familia! (aunque a veces los quieras matar)

Compasión por los extraños

Imagina que un bebé recién nacido está llorando cerca de ti. ¿Qué es lo primero que te provoca hacer?…Exacto, calmarlo, acariciarlo, tomarlo en brazos. Los seres humanos tenemos un deseo inherente de ser amables y serviciales, pero a medida que crecemos, la sociedad nos ha ido diciendo quién merece nuestra empatía y quién no.

Practicar la compasión por los demás no se trata de desarrollar una nueva habilidad, sino de volver a conectarnos y familiarizarnos con ese instinto natural que nos enseñaron a reprimir.

Ejercicio 2: Intención y reflexión

Establece una intención para tu día, haciéndote esta sencilla pregunta: ¿Qué quiero crear hoy para mí?… Y seguro vendrán imágenes mentales a tu cabeza de cómo se ve eso, y que esto suceda depende de ti y de tus formas de SER. Luego reflexiona sobre tu intención… ¿no crees que es posible que otra persona esté deseando lo mismo que tú?

Establecer una intención para tu día, es como tener un plan anticipado, de modo que cuando surja una circunstancia que quiera desviarte de tu objetivo, te puedas volver a encaminar en el camino trazado.

Los ejercicios diarios de intención y reflexión sobre lo que quieres crear para ti y los demás te permiten relacionarte mejor con los demás, con los eventos que suceden, aplicando la compasión de manera efectiva.

He aquí un ejemplo: ¡Hoy quiero crear gratitud con todo y todos! (intención), y ahora imagina que alguien se te coló en la fila del supermercado (evento), estás molesto por la situación y si domina tu emoción y juicio podría no cumplirse tu intención para este día; y luego imagina que esta persona pudo evitar que salieras antes y te mojaras con la lluvia torrencial de afuera de la cual ni te habías dado cuenta (reflexión). Puedes notar como la gratitud está presente en este momento, que de otra manera pudo literalmente echar por la borda tu intención.

¡Agradece por los extraños! (nunca sabes si esa persona podría librarte de un peligro potencial)

Compasión por ti mismo

Vivimos en un mundo competitivo donde, desde pequeños nuestros logros se comparan los de los demás. Nuestra sociedad ha creado un entorno en el que los niños tienen un sentido de autoestima que depende de criterios externos, como obtener el afecto de los padres por las buenas calificaciones y ser castigados por las bajas calificaciones.

Cuando llegamos a la vida adulta tendemos a confundir los actos de compasión por uno mismo con el egoísmo, y esto se acentúa más en las mujeres, ya que existe más presión social para poner a los demás en primer lugar.

Y a propósito de este tema y de la conmemoración del día de la Mujer, me parece oportuno compartirte un poema de la española Magdalena Sanchez Blesa, que en sus versos retrata la epidemia de la ausencia de compasión en el género femenino…

«No te das la importancia que mereces, y vas dejando que la vida pase, y para ti no hay tiempo casi nunca, y nunca te regalas un detalle.

Y corres, por la prisa de los otros, y llegas a tu vida siempre tarde, y va pasando el tiempo, y va pasando, y vas envejeciendo en el paisaje.

Y no se te pregunta por tu risa, que se fue diluyendo con la tarde.

Y siempre los demás, y para cuándo una cita contigo en cualquier parte.

Te necesitas más de lo que piensas y nunca te detienes a escucharte, y tienes tantas cosas que decirte, pero no te pareces importante.

Y siempre tú después, y siempre luego, y siempre, para ti, más adelante.

Y siempre tú detrás, y siempre nunca, y el tiempo, que se va sin esperarte.

Queda contigo en un lugar hermoso, lleva una flor para identificarte, y cuéntate la historia de tu vida, ya verás como vas a enamorarte.

Porque no hay como tú nadie en el mundo, porque en el mundo, como tú, no hay nadie. Y siempre los demás, y siempre luego, y vas envejeciendo en el paisaje.

Y nunca tus asuntos lo primero, y déjalo pasar que no hace falta, y acaso el mes que viene, si se puede.

Y el tiempo, que te agacha la mirada.

Y tú, cuando los años lo permitan, y tú, cuando esta crisis un día pase, y tú cuando se pueda en otra vida, y tú nunca jamás de los jamases.

Y el tic tac del reloj en tu muñeca, y vas envejeciendo en el paisaje.»

– Magdalena Sánchez Blesa

En este contexto los actos de compasión por un@ mism@ nos hacen sentir incómodos por la presión social y porque nos preocupamos de que la gente nos juzgue por anteponer nuestras necesidades, deseos o cuidados por encima de los de otros.

Vamos, que no te estoy culpando por eso, yo también lo he hecho. Es cultural, es ancestral, es inconsciente, y hasta podría decir que tiene un tinte heróico sacrificarse por alguien, ¿verdad? Y, ¿quién no ha querido ser héroe en su vida? De esos que van por ahí ayudando a todos los que los necesitan. En el fondo creo que lo que deseamos es sentirnos DIGNOS. Dignos de amor, de reconocimiento, de bondad, de alegría, de todo…

Y, ¿qué tal si empezamos por convertirnos en héroes de nosotros mismos? La autocompasión es una habilidad que quieres desarrollar y practicar con consciencia para que tu traje de super héroe no se termine envejeciendo en el viejo baúl del olvido.

Ejercicio 3: Practica la postura de la paloma

¡Si, tal como lo lees!

La postura de la paloma es una postura de yoga. El yoga es una de las mejores prácticas para fortalecer la compasión contigo. En realidad no importa la pose que elijas, lo importante es que te incomode lo suficiente sin que llegue a doler, de esta manera te obligas a ser consciente de tu cuerpo y aprendes a estar orgullos@ de ti mism@ cuando logras seguir adelante. El yoga te apoya a descubrir la tensión y la resistencia.

En tu vida, cuando te enfrentes a una situación difícil, tu cuerpo y tu mente pueden aprovechar de tu experiencia y darse cuenta que puedan manejar la incomodidad que eso te está produciendo.

Otro gran truco mental para accesar a la compasión es recordar un momento del pasado de gran dolor físico o emocional por el cual atravesaste. El propósito de recordarlos no es revivir el dolor, sino reconocer que a pesar de eso TÚ TIENES VALOR y ERES SUFICIENTE.

¡Agradece por tu existencia! (eres un Milagro, de 300 millones de espermatozoides tu ganaste la carrera)

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